Me
sentí tan bien cuando conocí a Juanita hace Nueve meses y me sentí tan bien
cuando hace 8 días me dijo, lo bien que se me veían la cantidad de blusas que
nos medimos dentro de un carro, en pleno parqueadero del Centro Comercial donde
nos importó poco a ambas, quién miraba o a quien le importaban nuestras
locuras, yo le decía si se le veían bien, mal, horrendas, o que definitivamente
se debía quedar con todas porque todas le lucían, recuerdo también recibir
muchas de sus llamadas a invitarme a tomar algo o simplemente tenerme en cuenta
para hacer sus diligencias, así no sean para diversión.
Hace
un mes siento la necesidad de cambiar de amigas, recuerdo decirle con novedad y
alegría (hace diez años), a mi mejor
amiga, Robertita: ¡“Mira lo que me compré”! Bueno, lo digo porque anteriormente
lo mío era de ella y lo de ella, creo, era lo mío, con seguridad algunas cosas
mías sigan en su closet y no se dé cuenta.
Desde
hace como un mes, ya no se sorprende con
nada, solo le presta poca importancia a mis cosas y no me cuenta las de ella, me mira con desagrado a los comentarios que le
aporto, no sale, no opina, está re seria, todo le parece aburrido. ¿Será que Robertita está madurando? O seré yo
la que necesito cambiar de ambiente?
Sé
que hay peores cosas en el mundo de que preocuparse, también sonará
materialista, y de poca importancia todos estos episodios de “Mujercitas”, o
tal vez parezca una película estúpida de “Mujercitas en apuros”, pero no lo sé
caray! me lo pregunto y lo estoy viviendo, ya no tengo amigas, no las veo, no
las escucho, no las siento y no me hacen falta, puede ser que mis pensamientos
estén cambiando entonces, tal vez pueda agregar nuevas ideas a mi cabeza, ¿Un
estilo de vida?, ¿Nuevos consejos? O quizás nuevas compañías….Tal vez lo malo
de tener amigas es saber si van a seguir igual contigo, lo bueno de conocer
personas es saber que pueden hacer parte de tu vida si así lo permites.
A
veces siento necesidad de depender de ellas, de esperar a que me opinen, que me
digan, que me expresen ¿si están bien o mal….? Si me extrañan o no, si les
importo igual?
¿Qué tan amarga puede ser la vida sin
amigas?
¡Ya
no tengo amigas! ¿Debería tenerlas? No sé si sienta esa necesidad del ser
humano en sentirse acompañado siempre. Deberíamos
tener confidentes que sean cómplices de todo lo que no pasa. Las amigas a veces dirán tus verdades con
rostros amargos, otras, como si fuera motivo de risa o ¿por qué no? burlándose
de ti, en este caso si eres la más loca de todas, la que te pasan las historias
increíbles o las historias del “Chavo del Ocho” y todo lo que debería ser
traumático, lo vuelves un mar de risa con ellas solo por disfrutar tus
experiencias.
Chévere
seguir la vida sabiendo que ha pasado mucho tiempo y como pasa en el cole, que
seguramente tuviste muchas “Mejores Amigas”, y cambiaste de amiga cada año
lectivo.
Si te pasa mi caso, pienso que es mejor aislarse sin decirle nada,
pueda que ella también lo haga, pueda
que actúes normal, nada de escribirle cartas, mensajes o indirectas diciéndole
que ha cambiado y que porqué se han alejado, pues no creo que resulte buena
idea. En este caso, pueda que nos pase
como a muchas, que un día vayas caminando en algún lugar y te la
encuentres de frente y solo intercambien un ¡Hola!. Sigue tu camino, sin mirar atrás, porque me
imagino que adelante, te encontrarás a muchas Robertitas que quieran seguir de
tu mano.
Ángela Trejos G.
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