martes, 19 de noviembre de 2013

¿Robertita estás ahí?


Me sentí tan bien cuando conocí a Juanita hace Nueve meses y me sentí tan bien cuando hace 8 días me dijo, lo bien que se me veían la cantidad de blusas que nos medimos dentro de un carro, en pleno parqueadero del Centro Comercial donde nos importó poco a ambas, quién miraba o a quien le importaban nuestras locuras, yo le decía si se le veían bien, mal, horrendas, o que definitivamente se debía quedar con todas porque todas le lucían, recuerdo también recibir muchas de sus llamadas a invitarme a tomar algo o simplemente tenerme en cuenta para hacer sus diligencias, así no sean para diversión.

Hace un mes siento la necesidad de cambiar de amigas, recuerdo decirle con novedad y alegría  (hace diez años), a mi mejor amiga, Robertita: ¡“Mira lo que me compré”! Bueno, lo digo porque anteriormente lo mío era de ella y lo de ella, creo, era lo mío, con seguridad algunas cosas mías sigan en su closet y no se dé cuenta.

Desde hace como un mes,  ya no se sorprende con nada, solo le presta poca importancia a mis cosas y no me cuenta las de ella,  me mira con desagrado a los comentarios que le aporto, no sale, no opina, está re seria, todo le parece aburrido.  ¿Será que Robertita está madurando? O seré yo la que necesito cambiar de ambiente?

Sé que hay peores cosas en el mundo de que preocuparse, también sonará materialista, y de poca importancia todos estos episodios de “Mujercitas”, o tal vez parezca una película estúpida de “Mujercitas en apuros”, pero no lo sé caray! me lo pregunto y lo estoy viviendo, ya no tengo amigas, no las veo, no las escucho, no las siento y no me hacen falta, puede ser que mis pensamientos estén cambiando entonces, tal vez pueda agregar nuevas ideas a mi cabeza, ¿Un estilo de vida?, ¿Nuevos consejos? O quizás nuevas compañías….Tal vez lo malo de tener amigas es saber si van a seguir igual contigo, lo bueno de conocer personas es saber que pueden hacer parte de tu vida si así lo permites. 

A veces siento necesidad de depender de ellas, de esperar a que me opinen, que me digan, que me expresen ¿si están bien o mal….? Si me extrañan o no, si les importo igual?

¿Qué tan amarga puede ser la vida sin amigas?

¡Ya no tengo amigas! ¿Debería tenerlas? No sé si sienta esa necesidad del ser humano en sentirse acompañado siempre.  Deberíamos tener confidentes que sean cómplices de todo lo que no pasa.  Las amigas a veces dirán tus verdades con rostros amargos, otras, como si fuera motivo de risa o ¿por qué no? burlándose de ti, en este caso si eres la más loca de todas, la que te pasan las historias increíbles o las historias del “Chavo del Ocho” y todo lo que debería ser traumático, lo vuelves un mar de risa con ellas solo por disfrutar tus experiencias.
Chévere seguir la vida sabiendo que ha pasado mucho tiempo y como pasa en el cole, que seguramente tuviste muchas “Mejores Amigas”, y cambiaste de amiga cada año lectivo.  

Si te pasa mi caso,  pienso que es mejor aislarse sin decirle nada, pueda que ella también lo haga,  pueda que actúes normal, nada de escribirle cartas, mensajes o indirectas diciéndole que ha cambiado y que porqué se han alejado, pues no creo que resulte buena idea. En este caso, pueda  que nos pase como a muchas,  que un día  vayas caminando en algún lugar y te la encuentres de frente y solo intercambien un ¡Hola!.  Sigue tu camino, sin mirar atrás, porque me imagino que adelante, te encontrarás a muchas Robertitas que quieran seguir de tu mano.

Ángela Trejos G.


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